lunes, 17 de septiembre de 2012

Sentimientos, compromisos, aspiraciones


Muy buen sabor de boca dejó en el encuentro de ayer Llorente en los 30 minutos que jugó. Salió, se desmarcó, recibió un pase en profundidad y definió con una precisión destacable. Durante los minutos restantes, además, se mostró muy participativo, creando alguna oportunidad clara que no se pudo transformar.

Y como era de esperar, esta vez ya no pudo escaparse de los medios de comunicación, y por primera vez este verano a tenido que hacer frente a las preguntas de unos periodistas con ganas de sacar un titular en torno a la situación contractual que une al jugador con el club vasco.
El delantero de Rincón de Soto se mostró molesto con el hecho de que muchos aficionados le recriminen la decisión de no querer renovar. Como cabía esperar las pancartas, pintadas y cánticos que durante las últimas semanas han aparecido no han hecho mucho favor al estado anímico del jugador.

Por otra parte, ha manifestado que él seguirá siendo del Athletic independientemente del equipo en el que esté jugando. Error. No considero que este comentario sea acertado en el contexto en el que Llorente se encuentra. Será difícil que la mayoría de aficionados entienda el hecho de que un jugador manifieste públicamente que su equipo es el  Athletic y que al mismo tiempo no desee continuar jugando en él. En principio debería entrar dentro de la lógica ya que, militando en otro equipo puede tener más opciones de ganar un título, y por ende, de lograr mayores logros profesionales. Por lo tanto la única interpretación al comentario debería ser que Llorente desea seguir creciendo profesionalmente y por ello buscar alternativas en otros equipos. Aquí esté el error, precisamente en manifestar públicamente que para crecer profesionalmente es necesario abandonar la disciplina bilbaína.

Bajo una afición y un club normal estas declaraciones no se llevarían más allá, pero el Athletic es diferente. El sentimiento Athletic no entiende las palabras de Llorente. No las entiende porque en la lógica rojiblanca no existe el hecho de seguir creciendo más lejos de Lezama y San Mamés. El sentimiento Athletic significa ver al club como lo más grande. Siendo consciente de sus virtudes y de sus defectos. Admitir que quizá no seamos los mejores, pero los sentimos así. Fuera de toda lógica.

Y ese sentimiento, se tiene o no se tiene...y mucho temo que FL9 no lo tiene. Esperemos que el público se lo perdone.

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