Los problemas crecen. Resumen de la semana del Athletic Club.

A perro flaco, todo son pulgas. A la situación actual que empezó con el culebrón de las obras de Lezama que y continuó con los fichajes y no fichajes de Javi Martinez y Llorente y las filtraciones de las grabaciones de de las charlas privadas de Bielsa al plantel se le añaden los paupérrimos resultados que esta cosechando el equipo futbolísticamente hablando.

Nadie está hablando del margen que tiene Bielsa como técnico del Athletic, pero sin duda el margen que le queda al equipo es poco, y en el caso de la Europa League, ninguno. La Liga BBVA esta siendo una fuente constante de disgustos para los aficionados bilbaínos, que si ya durante el año pasado vieron como San Mamés dejaba de ser el temido fortín que con Caparrós era., este año les está tocando sufrir lo que no está escrito. 

Este domingo visitaba la Catedral el Getafe, que salió presionando fuerte, lo cual incomodó mucho la zona de creación rojiblanca, con la baja por sanción de Ander Herrera. Tampoco es que los visitantes elaborasen hasta lograr oportunidades claras, pero todas las faltas en campo contrario botadas por Pedro León se sumaban por ocasiones. Y así hasta ponerse por delante 0 - 2. Mientras tanto, el Athletic no hilaba las jugadas como de costumbre, y en ocasiones parecía que el campo les quedaba muy grande. Consciente de la gravedad de la situación Bielsa decidió sacar al terreno de juego a Llorente para hacer pareja de ataque con Aduriz. Ocasiones se crearon, pero pocas muy claras. 

En un córner, con el tiempo ya cumplido, San Jose acabo mandando a la red un balón mal defendido por la zaga madrileña poniendo el 1 - 2 definitivo.

Quizá sea el momento de probar algo diferente, y posiblemente empezar por Llorente sea la decisión más inmediata, sencilla y con mayores posibilidades de éxito. Hay que devolverle la titularidad y dejar que demuestre que es un delantero que podría estar en cualquiera de los principales equipos de Europa. Que lo demuestre.

Lo mejor: Por destacar algo, que Aurtenetxe parece haber cogido el ritmo de competición, y este año puede convertirse en un jugador imprescindible.

Lo peor: Imagen de inferioridad. Lesión de Gurpegui. ¿Dónde esta el poderío a balón parado de hace unos años?

Y por desgracia en Europa League las cosas van peor. Con tan solo 1 punto de los 9 posibles la única opción de clasificación a la siguiente fase pasa por ganar los 3 encuentros que le quedan, 2 de ellos en casa. El jueves visitó Lyon, y lo hizo muy bien plantado sobre el campo. Creando y generando ocasiones con su estilo. Los franceses, muy arriesgados con su línea del fuera de juego parecía que antes o después sucumbirían al juego bilbaíno. Pero en una jugada aislada del segundo tiempo lo que llego fue el primer gol local.

Con un Llorente muy activo y participativo ya en el campo, la reacción no tardó en llegar y un balón que bajaba el 9 de Rincón de Soto, fue rematado de forma excepcional por Ibai Gómez, poniendo el 1 - 1. Parecía el momento del Athletic, hasta el punto que, a pocos minutos del final, otro balón que bajaba el delantero dejaba un balón botando en el área para Susaeta, libre de rivales. El balón no era sencillo, botando a media altura y en la pierna mala del extremo de Eibar, pero sacó un remate a bocajarro digno de un jugador de mucha calidad. Todo apuntaba en que iba a ser el 1 - 2 hasta que apareció el brazo del guardameta del conjunto francés, más por reflejo que por calidad, para mandar el balón a córner.

El error vino cuando, momentos después, dejaron que el Lyon tuviese una oportunidad, la cual a pesar de no conseguir aprovecharla de primera, acabó ejecutándola en rechace para hacer que la victoria se quedase en casa. Demasiado castigo para el Athletic que dominó el partido y dispuso de más y más claras ocasiones.

Lo mejor: El juego desplegado. El poderío de Llorente hizo que recordásemos el Athletic de marzo de este año.

Lo peor: La derrota, complica muchísimo la continuidad del equipo en la competición. 

Ahora toca enfrentarse al Eibar en la Copa del Rey...¿servirá para ahogar las penas?

Crónica Valencia – Athletic Club. Lo que pudo haber sido y no fue.

El sábado se enfrentaron dos equipos que llegaban al encuentro con mucha necesidad, y esque, se espera mucho más tanto del Valencia como del Athletic de lo que han demostrado hasta la fecha.

El encuentro arrancó bien, con un tanto de Aduriz desde fuera del área, que aprovechaba un rechace tras un pase en profundidad en una jugada bonita del conjunto visitante. Pocos minutos después, un balón golpeaba en el brazo de Ekiza ante la mirada de Undiano Mallenco que no dudó en señalar penalti. La pena máxima la ejecutó Soldado con tiro raso, engañando a Iraizoz.

El Athletic quiso rehacerse enseguida del empate y siguió desarrollando su juego. En una jugada muy parecida a la del penalti y en el que el balón también golpeo claramente el brazo de un jugador de la zaga Valenciana podría haber supuesto una ocasión de volver a ponerse por delante en el marcador, pero en esta ocasión el colegiado no vio o no quiso señalar la infracción. Sin embargo, minutos más tarde Aduriz aprovecho un corner nefastamente defendido por el equipo local para meter la bota y mandar el balón a la red. Los equipo se marcharon al vestuario con sensaciones dispares y con un 1-2 en el marcador.

Los rojiblanco se sentían cómodos en el campo y se empezaron a ver jugadas que recordaban al Athletic de la temporada pasada, haciendo olvidar el mal arranque de esta campaña. No obstante, todas estas sensaciones se esfumaron en una acción tonta que la que un riguroso Undiano Mallenco mostraba las cartulina roja a Ander Herrera tras una patada sin sentido que bien podría haber acabado en amarilla o incluso llevándose a algún jugador valenciano al vestuario con él debido a la -mini-tangana que se formó. Sea como fuere, el equipo visitante se quedó con un jugador menos y sometiéndose a los ataques del equipo local.  No sólo con fe sino con jugadas que evidenciaban las carencias de la defensa bilbaína, los de blanco veían como se acercaba una remontada que acabó consumiéndose en el últimos suspiro. El Athletic que empezó pidiendo la hora demasiado pronto no fue capaz de aguantar los tirones del rival para acabar encajando dos tantos en lo últimos 5 minutos del encuentro.

Siendo sinceros, si el Athletic no estuviese en la situación en la que está, posiblemente la lectura del partido se quedaría aquí, aunque con tan sólo 8 puntos más de uno estará pidiendo cambios que den la vuelta a la situación cuanto antes.

Lo mejor: Aduriz, suma y sigue. Gran estado de forma. Por cierto, mostró respeto por la que ha sido su casa durante las últimas temporadas en las celebraciones de sus dos goles. El equipo mereció más.

Lo peor: La expulsión de Herrera. Es una pieza clave y desde que ha vuelto lo ha demostrado, no se le va a echar de menos. Undiano Mallenco, como siempre dando qué hablar.

Sonrisas y lágrimas, resumen de la semana del Athletic Club

Muy revuelto está el temporal por tierras bilbaínas. Partidos en los que la única conclusión posible es que el equipo no está bien, tiene carencias que necesariamente habrá que suplir cuanto antes, para empezar a enderezar el rumbo.

El del jueves fue una tremenda decepción. Era buena oportunidad para encarrillar su participación en la Europa League y recuperar algo de confianza tras el desastroso derbi de la última jornada, ante un rival que sobre el papel era bastante más débil.  Nada más lejos de la realidad. Los visitantes no pudieron desarrollar en ningún momento su juego, y como le suele pasar en esas situaciones se pierde en el campo hasta cometer errores que le acaban costando el encuentro. Y dicho esto casi queda resumido el encuentro a la perfección. Se trajeron de vuelta un 3 –1 que ha hecho encender las alarmas en Lezama y que, sin duda, complica mucho el pase a la siguiente ronda de la Europa League.

Lo mejor:  En general nada positivo a sacar del partido del jueves.

Lo peor:  Además de lo que costó hacer el gol, el hecho que un equipo como el Sparta de Praga te marque 3.  Inadmitible.

Y en esta situación gris, más de uno estaba convencido de que acabaría el domingo tornándose negra, al enfrentarse al Osasuna, rival que siempre que visita San Mamés lo hace con una motivación extra y siempre con opciones de rascar puntos. Y esta vez no fue diferente. Además no hay que olvidar que el encuentro podría haberse titulado “los juegos del hambre” debido a la situación de ambos equipos en la tabla clasificatoria.

El partido se puso de cara rápido con un madrugador tanto de, una vez más, Aduriz. Llorente volvió a ser suplente, y parece que con motivos. De hecho en su salida al campo para disputar la media hora que le dio Bielsa, le esperaban, una vez más pitos por parte del público y ésta vez no sólo del sector más crítico. Sea como fuere, el delantero está lejos de su nivel, esta lejos de sus pretensiones salariales y está lejos de su precio de mercado, cuestiones que seguramente preocuparán mucho al jugador y a su representante.

El gol de Aduriz parecía que no iba a ser el único, y la verdad es que fue un encuentro que de haber acabado en empate nadie se hubiese extrañado. Hubo alternativas para ambos. Los locales hilaron un fútbol algo mejor de lo que vienen haciendo esta campaña creando ocasiones. Los visitantes se toparon con los palos en 3 ocasiones, desquiciando a  los aficionados desplazados hasta la capita vizcaína. Al final 1 – 0 y a respirar durante el parón liguero, que esperemos, sirva para asentar mejor las bases para confirmar la recuperación.

Lo mejor:  Ander Herrera, que está de vuelta. El equipo lo necesitaba. El chaval aporta mucho y su ausencia deja un hueco a veces difícil de cubrir. Volver a tenerle de titular es la mejor victoria.

Lo peor: Acabar en casa pidiendo la hora y dando las gracias a la virgen de Begoña. Hace falta más solidez.

Resumen de la semana. Europa League. Previa Sparta Praha – Athletic Club.

Semana post-derbi movidita en Lezama y en la familia rojiblanca. Parece que el partido del sábado hizo mucho daño en la moral de los jugadores, y que el vestuario ha quedado bastante tocado. La verdad que tampoco es de extrañar dada la imagen que ofrecieron ante el eterno rival. Por si esto fuera poco, durante la sesión matinal  del lunes, en la cual estaban disputando un partido contra el filial, Bielsa mandó parar a todos los jugadores para reunirlos. Los jugadores, formando un corro sobre el césped, tuvieron que aguantar la bronca de un entrenador enfadado por la falta de actitud que estaba viendo en el entrenamiento. Esta falta de actitud la llego a personificar precisamente con algunos jugadores. En cuanto llego el turno de Llorente, éste, lejos de aceptar la riña y admitir que no estaba ofreciendo su mejor versión, dedico un gesto que poco debió de gustar a Bielsa, ya que lo mandó directamente al vestuario sin que tuviese derecho a réplica.

A veces sorprende ver este tipo de actitudes. La realidad es que pertenecen a un equipo, y que si consiguen alinear sus objetivos individuales con los del equipo, posiblemente se acerquen todas las partes implicadas a cumplir las metas. No les debería hacer falta a los futbolistas que nadie les regañe para que den el máximo. De la misma manera que no es necesario mandar a nadie a “la esquina” a “reflexionar”. Al final este tipo de cosas gastan la cohesión del resto del equipo.

En lo que respecta al partido de Europa League, toca visitar tierras checas para enfrentarse al Sparta de Praga. Imprescindible trarse un buen resultado a casa, y realmente necesario dar una imagen mejor para ganar confianza de cara al duelo del domingo frente a Osasuna. La novedad en la convocatoria en la que está incluido Llorente, a pesar del incidente de este lunes, es Ander Herrera. Grata sorpresa verle de nuevo con la expedición. Esperemos que el partido dé lugar a que dispute unos minutos para ir cogiendo ritmo. Seguro que su incorporación es beneficiosa para el grupo. El rival, el Sparta, eliminó al austriaco y al Feyenoord holandés antes de clasificarse para la fase de grupos a la que regresa tras no poder superar los playoffs previos de la temporada pasada. En el primer partido de la fase perdió por dos goles a uno ante el Olympique de Lyon, actual líder del grupo.

Crónica Real Sociedad – Athletic Bilbao. Tiste triste triste.

Triste.  Esa es la imagen que ofreció el equipo visitante. Presento un planteamiento que apenas duró 30 minutos y sin crear ninguna ocasión de gol realmente clara. Mientras tanto, la Real, posicionada en el campo de manera perfecta, supo leer que el rival que tenía enfrente era menor fiero de lo que se suponía y acertó en ir a por la victoria de manera ciega. Apostó y ganó.

La actuación de muy pocos jugadores se salvó el sábado. Iraizoz, quien evitó que la derrota fuese más abultada con actuaciones muy buenas. Muniain, jugando una vez más en el puesto de Herrera, mostró más actitud que nadie y valió para desahogar el equipo en ciertos momentos. Aduriz, que lo poco que tuvo lo supo hacer en más peligroso. El resto no dio ni un ápice de su nivel habitual. La línea defensiva mal, como muchos pases errados y con desajustes que a estas alturas ya deberían de haber sido eliminados, en especial Gurpegi. En el centro Iturraspe totalmente desbordado por los contrarios. Sin errores demasiado graves pero quizá le falto leer un poco mejor lo que le venía encima. De Marcos con despliegue físico pero sin criterio en momentos en los que se podía haber explotado mejor su velocidad.

En el conjunto donostiarra, Illarramendi y Zurutuza omnipresentes, impecables. Griezmann, descuidado por la defensa rojiblanca tuvo una libertad que aprovechó a un nivel muy alto. Y en general el equipo a un nivel muy alto y con un despliegue físico sobresaliente.

Vuelta a Bilbao con un 2-0 que podía haber sido peor, y que sin dudas deja una sensación muy amarga de cara a la importante visita a Praga para el encuentro de Europa League de este jueves.

Lo mejor: Iraizoz demostró estar recuperado de la lesión. Muniain parece que ha alcanzado el nivel óptimo después de se incorporara tarde al equipo debido tras su participación en los JJOO.

Lo peor: La imagen dada, la sensación de impotencia ante un rival de un nivel muy similar.