Semana post-derbi movidita en Lezama y en la familia rojiblanca. Parece que el partido del sábado hizo mucho
daño en la moral de los jugadores, y que el vestuario ha quedado bastante
tocado. La verdad que tampoco es de extrañar dada la imagen que ofrecieron ante
el eterno rival. Por si esto fuera poco, durante la sesión matinal del lunes, en la cual estaban disputando un
partido contra el filial, Bielsa mandó parar a todos los jugadores para
reunirlos. Los jugadores, formando un corro sobre el césped, tuvieron que
aguantar la bronca de un entrenador enfadado por la falta de actitud que estaba
viendo en el entrenamiento. Esta falta de actitud la llego a personificar
precisamente con algunos jugadores. En cuanto llego el turno de Llorente, éste,
lejos de aceptar la riña y admitir que no estaba ofreciendo su mejor versión,
dedico un gesto que poco debió de gustar a Bielsa, ya que lo mandó directamente
al vestuario sin que tuviese derecho a réplica.
A veces sorprende ver este tipo
de actitudes. La realidad es que pertenecen a un equipo, y que si consiguen
alinear sus objetivos individuales con los del equipo, posiblemente se acerquen
todas las partes implicadas a cumplir las metas. No les debería hacer falta a
los futbolistas que nadie les regañe para que den el máximo. De la misma manera
que no es necesario mandar a nadie a “la esquina” a “reflexionar”. Al final
este tipo de cosas gastan la cohesión del resto del equipo.
En lo que respecta al partido de Europa League, toca visitar tierras
checas para enfrentarse al Sparta de Praga. Imprescindible trarse un buen
resultado a casa, y realmente necesario dar una imagen mejor para ganar
confianza de cara al duelo del domingo frente a Osasuna. La novedad en la
convocatoria en la que está incluido Llorente, a pesar del incidente de este
lunes, es Ander Herrera. Grata sorpresa verle de nuevo con la expedición.
Esperemos que el partido dé lugar a que dispute unos minutos para ir cogiendo
ritmo. Seguro que su incorporación es beneficiosa para el grupo. El rival, el
Sparta, eliminó al austriaco y al Feyenoord holandés antes de clasificarse para
la fase de grupos a la que regresa tras no poder superar los playoffs previos
de la temporada pasada. En el primer partido de la fase perdió por dos goles a
uno ante el Olympique de Lyon, actual líder del grupo.
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