Susaeta regresaba de su recién
estrenada (y goleadora) internacionalidad, no sin polémica por unas
declaraciones que se sacaron de tiesto desde el primer momento, para incorporarse
al resto de la plantilla en su expedición a Madrid.
La verdad que la información
deportiva del fin de semana, al menos en lo que respecta al Athletic podía
haber acabado ahí. Y es que, la imagen que ofrecieron el sábado en el Santiago
Bernabéu fue muy pobre, muy blanda.
El partido enseguida se puso de
color blanco. Un Athletic desaparecido en ataque y en defensa se llevó 3 goles
en menos de lo que canta un gallo. Al menos en una de esas jugadas por banda
que en general acaban en nada, un centro raso de Susaeta fue aprovechado por
Ibai para cruzar el balón con un tiro raso, imparable para Casillas. En
cualquier caso el gol no inquietó a
ninguno de los asistentes al encuentro ya que apenas se notó cambió de actitud.
Con el comienzo de la segunda
parte, el arbitro se comió un penalti claro de Coentrao al tocar el balón con
la mano. En la siguiente jugada, Ozil marcó a placer delante de Iraizoz. Sería
injusto decir que el penalti hubiese cambiado el resultado, o que el 4-1
sentenció al equipo visitante porque el partido tuvo un único color, el del
Real Madrid.
Al final 5 -1 y un partido para
olvidar. Cuanto antes.
Lo mejor: Ver a Gurpegi de nuevo en el centro del
campo.
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